Hace un
tiempo vi una calcomanía que decía:
“Bastante
nunca es suficiente”.
Eso es exactamente lo que es la avaricia.
La
avaricia no es simplemente la apreciación del dinero. No es la apreciación de
las cosas o la acumulación de las cosas. No es la extravagancia porque la
extravagancia es relativa. Si tienes más de un par de zapatos y dos abrigos ya
eres extravagante para la mayoría del mundo.
La
avaricia es el deseo loco, descontrolado; es el consumo fuera de
control. La avaricia es ser devorado por algún deseo.
Como
puedes ver, la avaricia le da permiso a las posesiones para que te
poseen. Y al hacerlo, la avaricia llega a ser el cáncer del
contentamiento. Despacio consume a sus víctimas remplazando el
contentamiento con el deseo insaciable de obtener dinero y posesiones
materiales. En resumidas, la avaricia es el amor al dinero.
Hace
algunos años, una de las encuestas más grandes jamás conducidas de toda la
historia le preguntó a las personas
¿Qué
estarías dispuesto a hacer por 10 millones de dólares?
El 3%
dijo que estaría dispuesto a poner a sus hijos en adopción (conociendo algunos
niños no me sorprendí).
El 16%
dijo que abandonaría a su cónyuge.
El 25%
dijo que por 10 millones de dólares abandonaría a su familia para siempre.
El 23%
dijo que por 10 millones de dólares fueran prostitutas por una semana.
En otra
encuesta, el monto era de 1 millón de dólares.
El 65%
dijo que vivirían en una isla desértica a solas por un año.
El 30%
dijo que pasarían 6 meses en la cárcel por un crimen que no cometieron.
Por
$3,000 dólares – El 24% (1 de 4 personas) dijeron que revelarían el secreto más
profundo, y oscuro de su mejor amigo aun cuando juraron por cielo y tierra que
no le dirían a nadie.
Por $500
dólares – El 66% dijeron que besaría en los labios a un completo extraño.
Por $50
dólares – 3 de 4 personas dijeron que besarían a una rana. (Yo sí besaría una
rana por $50 dólares, ¿Tú no?)
La
avaricia es muy común y los parámetros de qué haremos y por cuánto están
arraigados en nuestro amor al dinero. Como puedes ver, del amor al dinero
surgen los fraudes, las mentiras, los robos, las traiciones, y los engaños.
El
historiador y ensayista griego, Plutarco, dijo:
“La
bebida apaga la sed, la comida satisface el hambre; pero el oro no apaga jamás
la avaricia”.
Jorge
Cota
CVC La Voz
CVC La Voz
http://cvclavoz.com/blog-cvc/la-avaricia-2/
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