Rhododendron

Rhododendron
Tsutsuji

27 noviembre, 2020

768. Canción del adiós. Edmond Haraucourt, francés.

Partir es morir un poco,

es morir a lo que se ama.

Se deja un poco de uno mismo

en cada hora y en cada lugar.

 

Es siempre la añoranza de un deseo,

El último verso de un poema.

Partir es morir un poco,

es morir a lo que se ama.

 

Y se parte, y es un juego

y hasta el adiós supremo,

es el alma que se siembra,

que se siembra en cada adiós.

Partir es morir un poco.

 


 

Poeta, novelista, compositor, periodista, dramaturgo y conservador de museos francés.​ Wikipedia

Nacimiento: 18 de octubre de 1856, Bourmont, Bourmont-entre-Meuse-et-Mouzon, Francia

Fallecimiento: 17 de noviembre de 1941.

767. El tiempo y la cuenta. Fray Miguel de Guevara, mexicano.

Pídeme de mí mismo el tiempo cuenta;
si a darla voy, la cuenta pide tiempo:
que quien gastó sin cuenta tanto tiempo,
¿Cómo dará, sin tiempo tanta cuenta?

Tomar no quiere el tiempo, tiempo en cuenta,
porque la cuenta no se hizo en el tiempo;
que el tiempo recibiera en cuenta tiempo
si en la cuenta del tiempo hubiera cuenta.

¿Qué cuenta ha de bastar en tanto tiempo?
¿Qué tiempo ha de bastar a tanta cuenta?
Que quien sin cuenta vive, está sin tiempo.

Estoy sin tener tiempo y sin dar cuenta,
sabiendo que he de dar cuenta del tiempo
y ha de llegar el tiempo de la cuenta.

 



Miguel de Guevara (1585-1646) fue un poeta, filólogo y fraile novohispano que perteneció a la Orden de San Agustín. Sobre su vida son pocos los datos que se tienen, sin embargo se conoce que se interesó por el estudio de las lenguas de los nativos americanos.


 

25 noviembre, 2020

766. Callar y hablar. Oswaldo A. Altamirano B.

Callar sobre uno mismo es humildad.
Callar sobre los defectos de otros es caridad.
Callar cuando se está sufriendo es heroísmo.
Callar cuando otro habla es delicadeza.


Callar cuando no hay necesidad de hablar es prudencia.
Callar cuando Dios nos habla al corazón es silencio.
Callar ante el sufrimiento ajeno es cobardía.
Callar ante la injusticia es flaqueza.


Hablar de uno mismo es vanidad.
Hablar debiendo callar es necedad.
Pero hablar oportunamente es acierto.
Hablar ante una injusticia es valentía.
Hablar para defender es compasión.
Hablar con sinceridad es rectitud.
Hablar para rectificar es un deber.

Aprendamos antes a callar para poder hablar con acierto y tino, porque si la palabra es plata, el silencio es oro. 


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