Rhododendron

Rhododendron
Tsutsuji

01 marzo, 2017

333. Sin esperanza. Raúl Mejía Gonzáles, guatemalteco.

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¡Ayer era feliz! Siendo yo niño
nada sabía de la humana farsa;
y eran blancos mis sueños como armiño,
blancos como el plumaje de la garza.

Yo no sabía del dolor que hiere
cuando la duda dentro el alma brota,
yo no sabía que la dicha muere
cuando la fiera tempestad la azota.

Mas hube de saber por fin un día
las horribles borrascas de la vida,
y que en el mundo que con fe creía
el ave inmunda del pantano anida.
Mis blancos sueños de color de espumas,
mis ilusiones puras y benditas,
cayeron al abismo entre la bruma
como deshojazón de margaritas.

¡Nada me queda ya! De venturanza
los días que gocé cuando veía
placideces de cielos de esperanza,
se trocaron en noches de agonía.

Nada me queda ya… Sólo el consuelo
de llegar algún día al camposanto,
porque dormir en el sepulcro anhelo
velado por la flor del cardo santo.

Dormir en esa tumba cineraria
do no llega el insulto ni el reproche;
donde eleva el silencio su plegaria
en las sombras eternas de la noche.

Dormir en esa tumba que suspende
la torpe vanidad de los humanos,
cuando la carne a su mansión desciende
para inmundo festín de los gusanos.

Dormir en esa tumba donde mora,
en la mística paz del campo inerte,
el misterio insondable que atesora
la ventura suprema de la muerte.

Y luego que la voz suene del Hado
y pare el corazón en su latido,
que el mundo cubra mi sepulcro helado
con el negro sudario del olvido. 


Nació el 24 de marzo de 1891 en la ciudad de Chiquimula. Muere a la prematura edad de 28 años a causa de una enfermedad el 10 de septiembre de 1919.

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