Rhododendron

Rhododendron
Tsutsuji

13 marzo, 2020

723. Camino a la interioridad. San Agustín de Hipona, argelino.

Hay hombres que van de un lugar a otro para contemplar las alturas de los montes, las grandes olas del mar, las caudalosas corrientes de los ríos, la inmensidad del mar y el curso de los astros, y se alejan de sí mismos. Es decir, mucho turismo externo, pero poca interioridad.


No salgas de ti mismo, entra dentro de ti, porque en el interior del hombre habita la verdad. Vuelve a tu corazón. Como en un destierro andas errante fuera de ti. ¿Te ignoras a ti mismo y te vas en busca de quien te creó? Vuelve a tu corazón. Porque si tú mismo estás lejos de ti, ¿Por dónde vas a poder aproximarte a Dios?




San Agustín o Agustín de Hipona o, en latín, Aurelius Augustinus Hipponensis es un santo, padre y doctor de la Iglesia católica. Wikipedia
Fecha de nacimiento13 de noviembre de 354 d. C., Tagaste

10 marzo, 2020

722. Pensar, amar. Pasionarias. Manuel María Flores, mexicano.

Pensar. Decidme ¿Qué nombre
se puede dar en la tierra
al infinito que encierra
el pensamiento del hombre?

El relámpago que prende
su centella en el vacío,
para seguir es tardío
el vuelo que el alma tiende.

El alma, el soplo divino,
cual átomo sideral,
se pierde en el torbellino
de la vida universal.

Ya, de lo inmenso sedienta,
abarca las soledades
y entre las nubes se asienta,
al tronar las tempestades.

Ya, raudal de inspiración
que deja fulgentes rastros,
navega como los astros
entre Dios y la creación.

Y en sus vuelos vagabundos
del ideal único en pos,
rasga el velo de los mundos
para llegar hasta Dios.

Para ella es ese mensaje
de sagrada inspiración
que en misterioso lenguaje
murmura la creación;
desde ese trueno que airado
retumba en el firmamento,
hasta el suspiro del viento
en una flor apagado.

Para ella escribe la aurora
letras de luz en el cielo,
para ella se borda el velo
de la noche inspiradora;
para ella esa voz que nombra
al Ser que el misterios esconde
a quien escucha y responde
entre el silencio y la sombra.

¿Qué importa que sola viva?
¿Qué importa que sola vaya?
Es una ola fugitiva
del mar que no tiene playa.

¿Qué importa la niebla densa
a su vuelo vagabundo,
si altiva, creadora, inmensa
lleva en sí misma su mundo?

El alma la luz encierra,
el soplo de Dios la enciende,
y es lámpara que prende
para su altar en la tierra.

Tras un destierro maldito
levanta libre su vuelo,
águila del infinito,
para perderse en el cielo.

         *
¡Amar! Duplicar la vida,
escalar el firmamento,
llevar en el pensamiento
toda la gloria escondida.

¡Amar! Perder anhelante
de la existencia la calma
por el inefable instante
de dar un alma a su alma.

Beber con loca pasión
de unos ojos celestiales
las lágrimas virginales
que brotan del corazón.

Adormirse dulcemente
bajo unos labios encesos,
sintiendo sobre la frente
una corona de besos.

Dentro del alma sentir
otra alma de que se es dueño,
soñar… y adorar un sueño,
morir de amor y vivir.

Estar ante el ser querido
con la vida en la mirada,
con el labio enmudecido,
con el alma prosternada.

¡Amar! Destellar el día
como el sol en la Creación,
hacer de luz y armonía
un ambiente al corazón.

¡Amar! ¿Quién puede decir
lo que es la vida de amar?...
Tener el cielo… y sufrir…
¡Vivir llorando… y gozar!

¡Pensar! ¡Amar! Y siempre, y sin medida;
el dominio ensanchar del sentimiento
más allá de la tierra y de la vida…
Esta es la copa de que estoy sediento.

¿Sufrir?...¡Qué importa!... El llanto derramado
es purificación, es el bautismo
que necesita el corazón manchado
para alzarse a la fe del idealismo.

Suframos… Dios lo quiere, pero amando;
Dios está allí donde el dolor empieza,
do el alma atribulada está apurando
su cáliz desbordado de tristeza.
     
    ..............

Espíritu de luz y de consuelo,
inspiración que por mi sien resbalas,
cuando mi alma levantas hasta el cielo,

pensamiento y amor ¿No son tus alas?




Manuel María Flores (San Andrés ChalchicomulaPuebla1840 - Ciudad de MéxicoDistrito Federal1885) fue un escritor y poeta poblano durante la segunda mitad del siglo XIX. Nació en Puebla, estudió filosofía en el colegio de San Juan de Letrán, que abandonó en 1859 para combatir en la Guerra de Reforma del lado del Partido Liberal. Durante la Segunda Intervención Francesa en México fue hecho prisionero en la Fortaleza de San Carlos de Perote. Al ser liberado en 1867 fue electo diputado, y se unió al grupo de escritores de Ignacio Manuel Altamirano.