Rhododendron

Rhododendron
Tsutsuji

29 marzo, 2019

662. No le pidas. Zenaida Bacardí de Argamasilla, cubana.



No le pidas a Dios que te dé grandes éxitos, sino pequeños adelantos diarios en la virtud.
No le pidas a Dios que aligere el peso de tu vida sino que te dé fuerzas para llevar el que “Él quiera ponerte”.
No le pidas a Dios poder demostrar que tienes la razón, sino que te deje entrar siempre en el fondo de la verdad que pueda tener el otro.
No le pidas que todo el mundo te escuche, sino guardar silencio para que puedas escuchar a los demás.
No le pidas tiempo para tus males, sino para comprometerte con los males de otros.
No le pidas a Dios que te cambie de cruz, de lugar, de sufrimientos sino que sepas adaptarte a la que viene calculada para tu condición, tu talla y tu estatura.
No le pidas felicidad plena, sino saber hacer dichosa la vida con lo que tienes a tu alcance.
No le pidas que todo te salga bien, sino saber cuáles son tus errores y tratar de enmendarlos.

No le pidas a Dios cumplir con todo lo que te ha mandado sino saber ofrecerle algo que nunca te ha pedido.

No le pidas a Dios el árbol más frondoso sino el más rendidor.

No le pidas a Dios el hogar más lujoso sino el que tengas habilidad de manejar

No le pidas a Dios el dinero más abundante sino el que mejor garantice tu salvación.
No le pidas viento que te sople, sino brújula que te oriente.
No le pidas magia de la suerte, sino el merecimiento del trabajo.
No le pidas muchos dones para lucirte en sociedad, sino una sola llave para entrar a su corazón.
No le pidas concebir muchos proyectos, sino una sola obra bien realizada.
No le pidas a Dios éxito rotundo, sino la rendijita que siempre te deje ver el punto débil de tu pequeñez.
No le pidas la parcela menos árida, sino los mejores jugos para sembrarla.
No le pidas que nadie se interponga, sino que de todos sepas defenderte.
 
No le pidas que nunca te interrogue, sino que siempre te encuentre definido.

No le pidas desconocer el dolor, sino saber humanizarte con él.
No le pidas un cantero siempre florecido, sino que las podas te enseñen a retoñar, a revivir y a crecer.
 
No le pidas poder comprar todo lo que quieras, sino poder atesorar todo lo “incomparable”.
 
No le pidas retener toda la ciencia, sino vibrar con todas las emociones.
 
No le pidas poder regalar a tus amigos, sino perdonar a tus enemigos.
 
No le pidas ser talento, águila, luz, sino ser un instrumento siempre disponible.
 
No le pidas ser un tronco envidiable, sino una pasturita “queriendo subir”.
 
No le pidas ser un faro que manda su luz desde muy alto, sino una linternita que rastrea los recovecos oscuros que se van quedando dentro del hombre.
 
No pidas toda la sabiduría que cabe en Dios, sino toda la humanidad que cabe en el hombre.
 
No le pidas dinero para que te adulen, sino valores para que te respeten.
Y a la  hora de morir, no le pidas lo que “te mereces” sino lo que vale su sangre, su muerte y su cruz.
  



22 marzo, 2019

661. Taj Mahal: La trágica historia de amor india.

Corría el año 1607 cuando el entonces Príncipe Imperial Yurram, más tarde conocido como el emperador musulmán Shah Jahan, conoció en un bazar de la ciudad india de Agra, capital del imperio mogol entre los siglos XVI y XVIII, a la princesa Arjumand Banu Begum, de sólo 15 años e hija del Primer Ministro de la Corte. Cuenta la leyenda que la joven estaba probándose un collar de diamantes por valor de 10.000 rupias y el príncipe, que no era precisamente pobre, pagó sin dudar la joya, conquistando de inmediato el corazón de la princesa.

A pesar de su condición de príncipe, no todos sus deseos eran tan sencillos de cumplir y las razones de estado le obligaron a olvidarse de Arjumand y tomar por esposa a alguien de su mismo rango, una princesa hija del rey de Persia. Pero el príncipe nunca pudo olvidarse de aquella joven que había conquistado su corazón y, dado que la ley musulmana le permitía tener varias esposas, cinco años después de ese primer encuentro y sin haberse visto ni una sola vez más, el príncipe pudo cumplir con su sueño y casarse con su amada.

La boda, fastuosa como no podía ser menos, no se celebró hasta el 20 de mayo de 1612 ya que, a pesar de los anhelos del príncipe, los astrólogos no se pusieron de acuerdo hasta ese momento sobre una fecha favorable que asegurase la felicidad del nuevo matrimonio. La ceremonia tuvo lugar en la ciudad de Agra, estado de Uttar Pradesh, a unos 200 kilómetros al sureste de Delhi y durante la misma, el emperador nombró a Arjumand, Mumtaz Mahal, ‘la elegida o la perla del palacio’ según las diferentes traducciones.

Aunque no se trataba de su primera esposa, de hecho fue la cuarta, sí fue la favorita y con ella tuvo 12 hijos antes de que el dolor hiciera su aparición en esta hermosa historia de amor. Tras varios años de dicha conyugal, el príncipe fue coronado en 1627 tomando el nombre de Shah Jahan, ‘Rey del mundo’ y fue conocido como un gobernante bondadoso, gran amante de su pueblo y de la paz. Pero la felicidad nunca dura eternamente y menos en las historias de amor que pasan a la posteridad y pronto la tragedia sacudiría violentamente sus vidas.

A pesar de sus numerosos embarazos, la emperatriz acompañaba frecuentemente a su marido en sus viajes alrededor del país. En 1631, tras 19 años de feliz matrimonio y durante una visita a la campaña de Burhanpur, donde se encontraban las tropas de Shah Jahan con el objetivo de sofocar una rebelión, Mumtaz Mahal falleció repentinamente al dar a luz al décimo cuarto hijo de la pareja, una niña llamada Gauhara Begum. Antes de morir, Mumtaz le pidió a su rey que cumpliera con las siguientes promesas: que construyera su tumba, que se casara otra vez, que fuera bueno con sus hijos y que visitara su tumba cada año en el aniversario de su muerte.

Los deseos cumplidos de Mumtaz Mahal El emperador y amante esposo sintió un dolor tan intenso que deseó morir junto a su esposa. Su tristeza era tan profunda que se encerró en sus habitaciones ocho días con sus ocho noches, sin comer ni beber. A la salida, Jahan ordenó que se cumpliera el luto en todo el reino prohibiendo las vestimentas de colores, tocar música, usar perfumes y joyas y hasta llegó a prohibir la sonrisa entre los súbditos. Jahan se encerró en palacio sumido en su dolor y no reapareció hasta un año después muy envejecido y, para asombro de sus súbditos, su pelo y barba se habían vuelto blancos en tan sólo unos meses. 




15 marzo, 2019

660. El riesgo de no arriesgarse. Richard Bach, estadounidense.


Reír es arriesgarse a parecer un tonto.
Llorar es arriesgarse a parecer sentimental.
Ir al encuentro de alguien
es arriesgarse a exponer su propio ser.

Presentar sus ideas, sus sueños ante
la gente es arriesgarse a perder.

Amar es arriesgarse a no ser amado.
Vivir es arriesgarse a morir.
Tener esperanzas
es arriesgarse al desengaño.

Tratar por todos los medios algo
es arriesgarse al fracaso.

Pero, debemos arriesgarnos.
Porque el mayor peligro en la vida es no
arriesgar nada.
El hombre y la mujer que no se arriesgan,
no hacen nada, no tienen nada, y no son nada…


 

Richard David Bach (n. Oak ParkIllinois23 de junio de 1936) es un escritor estadounidense. Es ampliamente conocido por sus populares novelas de la década de 1970Juan Salvador Gaviota e Ilusiones, entre otras. Los libros de Bach exponen su filosofía de que los aparentes límites físicos y mortalidad son solo apariencias. Bach es reconocido por su amor a volar y sus libros relacionados con la aviación. 



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659. Siembra para ser tú mismo. René J. Trossero, argentino.


Cuando cortas una flor para tenerla, empiezas a perderla, porque se marchitará en tus manos y no se hará semilla para otras primaveras.

Cuando aprisionas un pájaro para tenerlo, empiezas a perderlo, porque no cantará para ti en el bosque, y no sembrará pájaros en su nido.

Cuando no arriesgas tu libertad para tenerla, empiezas a perderla, porque la libertad que tienes se comprueba cuando te juegas optando y decidiendo.

Cuando no dejas partir a tu hijo para tenerlo, empiezas a perderlo, porque nunca lo verás volver a ti libre y maduro.
Aprende en el camino de la vida la paradójica lección de la experiencia: siempre ganas lo que dejas y pierdes lo que retienes.



 
René Juan Trossero tiene 86 años, fue sacerdote y a los 45 años se recibió de psicólogo en Buenos Aires. Tiene 43 folletos escritos y 45 libros: No te mueras con tus muertos, el más vendido; tiene 51 ediciones, La alegría de vivir en pareja, No dejes de vivir aunque tengas que sufrir, Queridos adolescentes, crezcan felices... 


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658. La paradoja de nuestro tiempo. George Carlin, estadounidense.


La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos...

Edificios más altos, pero temperamentos cortos; 
autopistas más anchas, pero puntos de vista más estrechos; gastamos más, pero tenemos menos; 
compramos más, pero disfrutamos menos.

Tenemos casas más grandes, pero familias más pequeñas; 
más compromisos, pero menos tiempo; 
tenemos más títulos, pero menos sentido común; 
más conocimiento, pero menos criterio; 
más expertos, pero más problemas; 
más medicinas, pero menos salud.

Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero hemos reducido nuestros valores. 
Hablamos mucho, amamos poco, odiamos demasiado. 
Aprendimos a armar una vida, pero no a vivirla plenamente.

Hemos llegado a la luna y regresado, pero tenemos problemas a la hora de cruzar la calle y conocer a nuestro vecino...

Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior. Limpiamos el aire, pero polucionamos nuestras almas. 
Tenemos mayores ingresos, pero menos moral. 
Hemos aumentado la cantidad pero no la calidad.

Estos son tiempos de personas más altas con caracteres más débiles, con más libertad pero menos alegría, con más comida pero menos nutrición.

Son días en los que llegan dos sueldos a casa pero aumentan los divorcios, son tiempos de casas más lindas pero hogares rotos, un tiempo con demasiado en la vidriera y poco de puertas adentro.

Y es un tiempo en que la tecnología puede hacerte leer este mensaje y al mismo tiempo tú puedes decidir marcar la diferencia o ignorarlo.

El mensaje es: "No guardes nada para una ocasión especial"

Cada día que vives es una ocasión especial, por eso...

Lee más y limpia menos. 
Siéntate en la terraza y admira la vista sin fijarte únicamente en las malas hierbas. 
Pasa más tiempo con tu familia y amigos y menos tiempo trabajando. 
Recuerda no somos "dueños" de nuestros hijos, sino el arco con el que se impulsarán y harán sus vidas... 
La vida es una sucesión de experiencias para disfrutar no para sobrevivir...

Usa tus copas de cristal, ponte tu nueva ropa para ir al supermercado. 
No guardes tu mejor perfume para esa fiesta especial, úsalo cada vez que te provoque.

Las frases "algún día", "uno de estos días"... quítalas de tu vocabulario. 
Si vale la pena hacerlo, oírlo, verlo, quiero poder disfrutarlo ahora.

Si supiéramos el tiempo de vida que nos queda, seguramente desearíamos estar con nuestros seres queridos, iríamos a comer nuestra comida preferida, visitaríamos los sitios que amamos...
Son pequeñas cosas las que nos harían enojar si supiéramos que nuestras horas están limitadas....
Enojados porque dejamos de ver a nuestros mejores amigos, enojados porque no escribimos aquellas cartas que pensábamos escribir "uno de estos días", enojados y tristes porque no dijimos a nuestros padres, hermanos, hijos, sobrinos y amigos, cuánto los queremos.

Por eso... no intentes retardar o detener o guardar nada que agregaría risa y alegría a tu vida, cada minuto, hora, día, semana, es especial...

Dediquemos tiempo abundante para los amigos y seres queridos.

No dejemos las cosas para "uno de estos días"... piensa que " uno de estos días" puede estar muy lejano o puede no llegar nunca....

  

George Dennis Carlin (Nueva York, 12 de mayo de 1937 - Santa Monica, 22 de junio de 2008) fue un humorista, monologuista, actor y figura de la contracultura, conocido sobre todo por su monólogo Siete Palabras que no se pueden decir en televisión,1​ grabado en su disco de 1972 Class Clown.



10 marzo, 2019

657. La felicidad está en la armonía del alma. Séneca, latino.


Feliz es aquel que practica el bien, se alegra con la virtud y no se exalta ni se abate por los golpes de la fortuna.

La felicidad consiste en tener un alma limpia, elevada, intrépida, constante, tan inaccesible al temor como al deseo.
Un alma libre que no se deja dominar por la voluptuosidad y logra la elevación moral.

El fundamento inmutable de la vida feliz es la rectitud y la firmeza del juicio.

Ser feliz es tener recto juicio y contentarse con lo que se tiene y amarlo. Es vivir de acuerdo con la naturaleza.

Es ser el artífice de la propia vida con ese equilibrio que da la bondad en todos los actos.

La felicidad está en la armonía del alma; en esa concordia del espíritu que sólo dan las virtudes. Sólo el bueno es feliz.
La virtud es el fundamento de la verdadera felicidad.



Lucio Anneo Séneca (en latínLucius Annaeus SenecaCorduba, 4 a. C.-Roma, 65 d. C.), llamado Séneca el Joven para distinguirlo de su padre, fue un filósofopolíticoorador y escritor romano conocido por sus obras de carácter moralista. Hijo del orador Marco Anneo Séneca, fue cuestorpretor y senador del Imperio romanodurante los gobiernos de TiberioCalígulaClaudio y Nerón, además de ministro, tutor y consejero del emperador Nerón



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07 marzo, 2019

656. Cosechar. Kuan Chung, chino.


Libro del maestro Kuan.

"Si planificas para un año planta una semilla, si lo haces para 10 años planta un árbol. Si es por 100 años, enseña a la gente. Cuando siembres una semilla, recogerás una única cosecha. Cuando enseñes a la gente, recogerás cien cosechas."

720645 a. C.