Decir la verdad tal como uno la ve requiere mucho valor
cuando uno pertenece a una institución.
Pero desafiar a la propia institución exige aún más valor. Y
fue esto lo que hizo Jesús.
Cuando Kruschev
pronunció su famosa denuncia de la era staliana, cuentan que uno de los
presentes en el Comité Central dijo:
« ¿Dónde estabas tú, camarada Kruschev,
cuando fueron asesinadas todas esas personas inocentes?».
Kruschev se detuvo,
miró en torno por toda la sala y dijo:
«Agradecería que quien lo ha dicho
tuviera la bondad de ponerse en pie».
La tensión se podía
mascar en la sala. Pero nadie se levantó.
Entonces dijo
Kruschev:
«Muy bien, ya tienes la respuesta, seas quien seas. Yo me encontraba
exactamente en el mismo lugar en que tú estás ahora».
Jesús se habría levantado.
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