Rhododendron

Rhododendron
Tsutsuji

31 octubre, 2016

167. ¡Háblame de Dios! P. Miquel Estradé.

Dije tembloroso al sol poniente: ¡Háblame de Dios!
El sol se ocultó sin decirme nada.
Y el sueño se convirtió en realidad.

Al día siguiente por la mañana,
cuando yo abría la ventana,
el sol ya me esperaba sonriente.

Dije al almendro: ¡Háblame de Dios!
Y el almendro floreció.

Dije a la fuente: ¡Háblame de Dios!
Y el agua brotó.

Dije a la naturaleza: ¡Háblame de Dios!
Y la naturaleza se cubrió de belleza.

Dije a mi hijo: ¡Háblame de Dios!
Y el niño me dijo: Háblame tú.

Dije a mi padre: ¡Háblame de Dios!
Y él se quedó mirándome y amándome.

Dije a mi madre: ¡Háblame de Dios!
Y la madre me dio un beso.

Dije al labrador: ¡Háblame de Dios!
Y al labrador me enseñó a labrar.

Dije al obrero: ¡Háblame de Dios!
Y él me dijo: Trabaja y lo encontrarás.

Dije al pobre: ¡Háblame de Dios!
Y me dio un trozo de pan que se llevaba a la boca.

Dije al enemigo: ¡Háblame de Dios!
Y el enemigo me dio la mano.

Dije a un niño: ¡Háblame de Dios!
Y el niño me sonrió.

Dije a un soldado: ¡Háblame de Dios!
Y el soldado dejó las armas.

Dije a la gente: ¡Háblame de Dios!
Y la gente me amó.

Dije a la mano: ¡Háblame de Dios!
Y la mano se convirtió en servicio.

Dije al dolor: ¡Háblame de Dios!
Y el dolor se hizo agradecimiento.

Te dije: ¡Háblame de Dios!
Y tú bien sabes qué me dijiste.

Dije a la Biblia: ¡Háblame de Dios!
Y la Biblia se ahogó de tanto hablar.

Dije a Jesús: ¡Háblame de Dios!
Y Jesús rezó el Padre nuestro.

Dije a Dios: ¡Háblame de Dios!
Y Dios me dijo: Te hablaré de ti.
   
 

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