Cuidaos de la
envidia, porque ante el Cielo a
cada uno se
os dio según vuestra necesidad.
Y muchos
diréis: “A mí no me dio el Cielo según
mi necesidad
porque paso hambre. Ni me dio
según mi
necesidad porque paso falta de amor.
Ni me dio
según mi necesidad porque parece
que mi cuerpo
atrajera todas las enfermedades”.
Mas yo os
diría:
- Había una
vez un hombre al que le fue dado
un huerto
para alimentarse y pasaban los días
sin que fuera
a cultivarlo, y pasaban semanas
sin que se
preocupase de labrarlo, ni abonarlo,
ni cortarle
las malas hierbas. Llegó el tiempo de
la cosecha y
no recogió nada, entonces miró al
Cielo y
enfrentándose con Él se violentó diciendo:
“¿Qué mal he
hecho, ¡Oh Dios!, para que me
trates así?
¿Qué mal he hecho para me mandes
esta
desgracia? ¡Mira los campos de mi vecino
qué frondosos
están y mira el mío mustio y
seco!
Mirad pues y
meditad y no pidáis al Cielo lo que
no os pedís a
vosotros mismos.
¿Y cuántas
veces veis a un hermano y lo envidiáis
porque creéis
que tiene lo que vosotros
desearíais
tener? Más yo os digo que si entrarais
en su vida,
veríais que está vacío de otras
cosas y sufre
por no tenerlas tanto como vosotros.
No juzguéis
por los ojos, ni deseéis por los ojos.
Pensad que
cada uno trae su carga. Y ayudados
unos a otros
a llevarla.
(1958-1991) profesor de dibujo; gran dibujante que ilustraba sus libros.
excelente
ResponderEliminar