Rhododendron

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Tsutsuji

16 septiembre, 2016

13. ¡Cómo me dueles Guatemala! Gonzalo Asturias Montenegro, guatemalteco.

 ¡Ah! ¡Cómo me dueles, Guatemala!:
tu miseria, tu hambre, tus andrajos;
tus muchachos ignorantes,
tus campesinos y obreros mal alimentados,
tus hijos víctimas de la violencia degenerada de tus hombres.



¡Ah! ¡Cómo me dueles, Guatemala!:
¡Tanto egoísmo, tanta pereza,
tanta irresponsabilidad,
tanta brutalidad que encierras!
Pero te canto, mi Guatemala.
Yo le canto a tus hijos laboriosos,
a tus hombres y mujeres trabajadores y responsables,
que ayudan a los demás con generosidad constante.

Yo le canto a mis padres,
a sus vidas abnegadas,
a su cariño inmenso, a su rectitud probada.

Le canto a tantos ideales nobles
y a tantas vidas dedicadas al servicio de los otros hombres.

Yo te canto, mi Guatemala.
 

Le canto a tu tierra fértil de olores penetrantes,
¡Trópico que se capta por los cinco sentidos!
a los jaguares y a los pumas de tus selvas,
a la erupción violenta de tus volcanes,
al embrujo de tus lagos,
a tus tormentas tropicales.

Yo le canto al rancho de paja,
al perro que ladra, al cerco de alambre,
y a los maizales campesinos.
 

Guatemala, eres eso:
fuente de piedra antigua,
estela maya, calle empedrada,
jacaranda en flor, alameda de matilisguates.

Hueles a tela de indio, a cántaro de barro,
a incienso, a corozo,
a aserrín teñido para nacimiento o alfombra de Semana Santa.

¡Déjame que te cante! ¡Déjame que te llore!
¡Déjame que luche por tu desarrollo!
¡Por tu gente! ¡Por tu pueblo! ¡Por mi pueblo!

¡Déjame que te sueñe a plenitud!
¡Déjame que te llame Marialinda, Chulamar, Vistahermosa!
¡Déjame que te sueñe con justicia social,
en paz, trabajadora, llena de progreso,
de generosidad, de educación!

Pero, cuando no te sueño, me dueles, Guatemala.
 

Me duele el estómago lombriciento de tus niños,
el hambre de tus hombres que no han probado sino maíz y frijol,
la frivolidad torpe de tantos ricos,
repletos de dinero, pero infelices.


Me duele, patria mía,
el hedor de tus borrachos
y el desenfreno de tus hijos,
que se sienten bestias,
que carecen de espíritu y de ideales,
que sólo aspiran a comer, dormir,
distraerse, engendrar hijos y morir.
 

¡Ah! ¡Cuando me dueles, Guatemala,
lloro y trabajo por ti!


 


escritor, ensayista y periodista guatemalteco.

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