Adéntrate
donde prospera la tristeza, la miseria, y la desesperanza.
Acércate
a quienes tienen muchos defectos físicos y ámalos. Ve a los lugares en los que
cada vez más hay menos comida.
No busques una señal celestial que te indique cuándo, cómo y dónde debes
empezar; comienza hoy mismo en todos los lugares en donde se necesite tiempo,
dinero, esfuerzo y mucho amor porque los hombres de servicio no esperan las
oportunidades: las van a buscar.
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