Divino es -y eterno- el Espíritu.
Hacia él, cuya imagen e instrumento somos,
conduce nuestro camino, y es nuestro entrañable anhelo
llegar a ser como él, fulgurar con su luz.
Hacia él, cuya imagen e instrumento somos,
conduce nuestro camino, y es nuestro entrañable anhelo
llegar a ser como él, fulgurar con su luz.
Mas del barro y mortales nacimos
e inerte pesa en nosotros -criaturas- la gravedad.
Aunque amor y cuidados maternales nos brinde natura,
y la tierra nos nutra y sea cuna y tumba,
la paz no nos otorga;
paternal y próvida, deshace
la chispa del Espíritu inmortal
de natura el amoroso encanto:
hace hombre al niño, diluye la inocencia
y nos despierta a la lucha y la conciencia.
e inerte pesa en nosotros -criaturas- la gravedad.
Aunque amor y cuidados maternales nos brinde natura,
y la tierra nos nutra y sea cuna y tumba,
la paz no nos otorga;
paternal y próvida, deshace
la chispa del Espíritu inmortal
de natura el amoroso encanto:
hace hombre al niño, diluye la inocencia
y nos despierta a la lucha y la conciencia.
Así, entre padre y madre,
así, entre cuerpo y espíritu,
vacila el hijo más frágil de la Creación:
el hombre de alma temerosa, pero capaz de lo más
sublime: un amor más fiel y esperanzado.
así, entre cuerpo y espíritu,
vacila el hijo más frágil de la Creación:
el hombre de alma temerosa, pero capaz de lo más
sublime: un amor más fiel y esperanzado.
Arduo es su camino, la muerte y el pecado lo
alimentan,
se extravía con frecuencia en las tinieblas
y más le valdría a veces no haber sido creado.
se extravía con frecuencia en las tinieblas
y más le valdría a veces no haber sido creado.
Eternamente fulge, sin embargo,
sobre él su misión y su destino: la luz, el Espíritu.
Y sentimos que es a él, desamparado,
a quien ama el Eterno especialmente.
sobre él su misión y su destino: la luz, el Espíritu.
Y sentimos que es a él, desamparado,
a quien ama el Eterno especialmente.
Por ello nos es posible amar,
erráticos hermanos, aún en la discordia.
erráticos hermanos, aún en la discordia.
Y ni condenas ni odios,
sino amor resignado
y amorosa paciencia
nos acercan a la meta sagrada.
sino amor resignado
y amorosa paciencia
nos acercan a la meta sagrada.
Hermann Karl Hesse (pronunciado /ˈhɛɐman ˈhɛsə/; Calw, Wurtemberg, Imperio alemán, 2 de julio de 1877 – Montagnola, Cantón del Tesino, Suiza, 9 de agosto de 1962) fue un escritor, poeta, novelista y pintor alemán, naturalizado suizo en mayo de 1924.
Hasta el centenario de su nacimiento, se habían escrito más de 200 tesis doctorales, unos 5000 artículos y 50 libros sobre su vida. Para dicha fecha, era también el europeo más leído en Estados Unidos y Japón, y sus libros traducidos a más de 40 idiomas, sin contar dialectos hindúes.3
No hay comentarios:
Publicar un comentario