Cuando
ganas no tengas de nada,
cuando
nada de nadie ya esperas,
cuando
crees te vuelven la espalda,
piensa
entonces que aún puedes rezar.
Cuando pierdas el afán de todo.
Cuando
todo absurdo parezca,
cuando
mires sin fijar la vista,
piensa
entonces que aún puedes rezar.
Cuando el día se te haga muy largo.
Cuando
largo se te haga el andar,
cuando
llores tan sólo y no rías,
piensa
entonces que aún puedes rezar.
Cuando ya ni calor, ni frío sientas,
cuando
sientas que tu alma fallece,
cuando
amar a la vida no quieras,
piensa
entonces que aún puedes rezar.
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