Rhododendron

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Tsutsuji

04 agosto, 2017

515. Ismael Cerna Sandoval, guatemalteco.

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Rasgos biográficos de Ismael Cerna Sandoval. (Escrita por Gilberto Armando Lima). 

Ismael Cerna es considerado, junto con José Batres Montúfar, el más alto exponente de la poesía lírica guatemalense del siglo pasado.

Nació en el Paxhte, hacienda enclavada en las faldas del volcán de Ipala, en el municipio del mismo nombre, del departamento de Chiquimula, el 3 de julio de 1856. Fueron sus padres Don Nemesio Cerna y Doña Francisca Sandoval de Cerna, familia de considerable posición económica y social. 

Pasó su niñez en la hacienda, al lado de sus progenitores, alternando el aprendizaje de sus primeras letras con la escenificación de juegos infantiles entre escoltas gobierntistas y “Lucios”, así como en la contemplación de la majestuosa laguna engarzada como una perla en el cono del volcán, y el de los distintos parajes que vislumbran en la lejanía, montado acaso en caballo brioso. A la edad de 10 años marchó hacia la capital con el objeto de continuar estudios. A los 12 años comenzó a escribir sus primeros versos. Lo confirma el poema que dedicara a Carmen, su hermana menor, en ocasión de su primera comunión:

“Siempre vea en tu labio, hermana mía,
sonrisas de cariño para mí:
Mírete siempre llena de alegría,
que mirándote así seré feliz…”

Se graduó de Bachiller en Filosofía en el Colegio de San Buena Ventura y estudió Medicina, Derecho y Teología, carreras que no concluyó. Indómito, rebelde y combativo, su espíritu hecho de fuego se empezó a forjar desde muy joven en los crisoles de la  adversidad. El movimiento revolucionario acaudillado por el General Justo Rufino Barrios que derrocó al régimen de su tío, el Mariscal Vicente Cerna, a la sazón Presidente de la República, fue sin duda, el hecho que más influyó en la vida atormentada del poeta. Al arribo del nuevo gobernante al poder, víctima de la persecución de que fue objeto la familia Cerna Sandoval, por desacuerdo con el régimen de turno su padre es asesinado;  su hermano Wenceslao, quien se encontraba enfermo de tifoidea, pierde la razón, situación que lo condujo al suicidio, e Ismael Cerna, después de haberse refugiado en la República de El Salvador, es extraído militarmente junto con su hermano Máximo y su madre, y compelidos a largas y penosas caminatas a pie hasta llegar a esta capital, en donde son encerrados en la penitenciaría Central.  Su madre fue puesta en libertad y regresa a su terruño, no así el  poeta, que desde la prisión concibe sus más febricitantes poemas: “En la cárcel” y “A Guatemala”.  El poema “En la cárcel” fue enviado por el autor al Señor Francisco Lainfiesta, Jefe de una imprenta semi-oficial, para que lo publicara, quien se negó a hacerlo por temor a represalias. Sin embargo, el poema llegó por fin a las manos del gobernante, que después de leerlo, furibundo, llamó al poeta, le interrogó detalladamente y viendo en él a un hombre valeroso e inquebrantable, ordenó su libertad. Corría el año de 1863.  Cinco años habían transcurrido ya desde el día de su ingreso a la Penitenciaría Central. El poeta marchó nuevamente a El Salvador.

Días después de la muerte del General Barrios en Chalchuapa, luchando por la unidad de Centroamérica, y al no tener ya ningún motivo de destierro, Ismael regresa a Guatemala, pero esta vez, como Martí, el gran bardo cubano, para terciar el fusil e incorporarse a “La Facción de Matalapa”, denominada así, por el lugar donde tuvo origen la insurrección, la cual era una hacienda propiedad de su hermano Máximo, localizada entre la jurisdicción de Ipala y la frontera de El Salvador. Se sindicaba como cabecillas de esta facción al General Mardoqueo Sandoval (quien era su tío), Máximo e Ismael Cerna y otros familiares.

Tal levantamiento llegó a oídos del Teniente Coronel José María Galer, Comandante de Armas del departamento de Chiquimula y encargado por el gobierno central, de vigilar y mantener el orden a lo largo de toda la frontera del citado departamento, y quien el día 20 de mayo de 1885, para ser más exactos, se constituyó con su tropa en la hacienda “El Paxhte”, capturando a Ismael y a sus hermano Rafael, y conduciéndoles inmediatamente a la cárcel de la población de Ipala, de donde Rafael –joven aún- se fuga ante la expectación de sus custodios. La noche de ese mismo día, Ismael Cerna es enviado a las cárceles de la ciudad de Chiquimula y días después a la Penitenciaría Central de la Ciudad Capital.

Transcurrió el tiempo e Ismael Cerna, el poeta de “Pecho viril y pensamiento altivo”, fue puesto nuevamente en libertad y fue entonces, cuando según Mencos Franco, tuvo una época de relativa tranquilidad y cuando escribió algunos de sus mejores poemas. Sin embargo, su espíritu inquieto e inestable lo hace encaminar sus pasos nuevamente a territorio salvadoreño y se radica en Santa Ana. No le fue difícil conseguir empleo, pues Ismael Cerna se encontraba dotado de múltiples capacidades; al par que era poeta y dramaturgo, también fue mentor, sembrando la semilla del saber en los campos de la ciencia. Fue así como se hizo cargo de las cátedras de Literatura en las aulas del Colegio de Primera y Segunda Enseñanza que dirigía su  primo Virgilio Sandoval.

En esa época contrajo nupcias con una prima suya: Lucila Sandoval, a quien se dice amó tanto, y a la que tuvo el infortunio de perder prematuramente. A su memoria dedicó el poema “A Lucila”.
Se dice que en tiempo de Manuel Estrada Cabrera, Ismael Cerna regresa a Guatemala.

El 2 de abril de 1899 se cumple un aniversario más de la muerte del General Barrios. Ismael Cerna, como se suponía, fue invitado para asistir al Cementerio General, a los actos conmemorativos en homenaje al Reformador.  Después de los discursos oficiales, en los cuales se ponderaba la figura de Barrios, el poeta, es casi inducido a hacer uso de la palabra. El ambiente se tornó tenso, ya que todos conocían el antagonismo que existía entre el caudillo y el poeta. El poeta habló y lo hizo en verso diciendo el poema “El perdón”.

El 8 de abril de 1901, el poeta que seguirá siendo gloria de Guatemala y América, que nunca doblegó su frente ni aún ante quien pudo responderle con la muerte, falleció, víctima de la diabetes y, a su sepelio que se realizó en el Cementerio General de la capital escasamente concurrieron doce personas. 

 

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