- Para que nuestros hijos aprendan a vivir un gran amor, es necesario que juguemos con ellos, que les digamos que no, cuando sea necesario; que los alaguemos, que les digamos muchas veces, verbal y corporalmente, que los amamos y cuán especiales son ellos para nosotros.
Es básico dialogar, preguntarles qué necesitan, entender sus dolores y ser solidario, permitiéndoles que lloren en nuestro hombro. Es necesario saber aplaudir su éxito, enseñarles a respetar los límites de los demás y fijarles límites cuando sea necesario.
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Cuando a los hijos los cuidan bien, con amor, unos padres que viven un gran amor, inevitablemente ellos, un día, también lo vivirán.
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