Esto me acuerda de la historia de un discípulo que le
preguntó a su maestro:
"¿Cómo no perturbarme y
sufrir por tanta violencia y ruido que hay en la plaza
de mercado del pueblo cuando voy a comprar los
víveres del monasterio?".
El maestro le contestó:
"¿Por qué te preocupa eso cuando tu hogar está aquí?".
El discípulo le contestó:
"Quiero que todos los hombres conozcan la paz ".
El maestro le contestó nuevamente:
"Está escrito en el Tao Te Ching:
Bajo el cielo, todos pueden ver la belleza como belleza,
sólo porque hay fealdad. Todos pueden conocer el
bien como bien, sólo porque hay maldad. Por lo
tanto, tener y no tener nacen juntos. Lo difícil y lo
fácil se complementan. Lo alto y lo bajo se apoyan
entre sí. El frente y lo trasero se siguen mutuamente".
El discípulo le dijo:
"Pero, maestro, ¿No queremos que todos conozcan nuestra paz ,
nuestra dicha?".
El maestro le contestó:
"¿Harías de todo el mundo un templo? Sé como el Sol y lo que
esté dentro de ti calentará la Tierra. Tienes que buscar en tu
interior.
Está escrito:
convierte el barro en una vasija. Es el espacio de adentro lo que le
da valor. Pon puertas y ventanas en una casa; es
abrirlas lo que deja entrar la luz . Ponle radios a una
rueda; es el hueco del medio lo que las hace útiles .
Por lo tanto, sé el espacio en el centro, no seas
nada, y tendrás todo para darles a los demás ".
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