Cierto día, los
miembros de un pueblo decidieron jugarle una broma al sabio de la entidad para
saber hasta dónde llegaba su sabiduría; pero no se les ocurría qué hacer, hasta
que un joven pensó en una idea. Y gritó:
-¡La tengo, la tengo! Tengo dos preguntas que el sabio no podrá contestar.- Todos
los miembros del pueblo se acercaron para escuchar con curiosidad.
-Colocaré una paloma entre mis manos y luego la pondré detrás de mi espalda para
ocultarla, y así el sabio no se dará cuenta de lo que tengo; después le haré
dos preguntas:
Primero le preguntaré:
¿Señor, qué tengo entre las manos? Y si adivina que es una paloma, después le cuestionaré:
¿Está viva o muerta? Si me dice que está muerta, se la mostraré viva; y si me dice que está viva, la mataré con mis manos, y se la entregaré muerta.-
Y todos se mostraron alegres con esa idea.
Al día siguiente, fueron todos con el sabio del pueblo, y el joven le preguntó:
- ¿Señor, qué tengo entre las manos?-
El sabio contestó con un temple sereno:
-Una paloma.-
Sorprendido, el joven, volvió a preguntar:
-¿Está viva o muerta la paloma?-
El sabio se le quedó mirando, irradiando sabiduría y contestó:
-La paloma representa tus sueños, tus anhelos, tu deseo de crecer y ser mejor en la vida, tu realización, la paz, la armonía que siempre habías deseado; en síntesis representa tu porvenir. El futuro de la paloma... en tus manos está.-
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