Rhododendron

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Tsutsuji

04 agosto, 2021

913. pág. 17. Caminar sobre las aguas. Anthony de Mello.

El padre Flannagan, fundador de la Ciudad de los Niños.

El hombre se volvió una leyenda que llegó hasta la India. Al comienzo fundó ese lugar para ayudar a los menores abandonados. Después, para ayudar a delincuentes. Cuando la policía no sabía ya qué hacer, el padre Flannagan los llevaba a la casa. La historia dice que él no hablaba nunca con los muchachos. Me acuerdo de una historia al respecto, que me impresionó vivamente.

Un niño de ocho años mató al padre y a la madre.

¿Usted puede imaginar lo que puede haber pasado con ese muchacho, para que se haya vuelto tan violento con tan pocos años? Fue varias veces preso por organizar robos a bancos. La policía no sabía qué hacer con él: era menor, no podían procesarlo ni encarcelarlo, no podían mandarlo a un reformatorio, porque tenía que tener un mínimo de doce años para eso. Llamaron al padre Flannagan y le dijeron:..¿Acepta a este niño?" El padre respondió: "¡Claro, mándenmelo!"

Muchos años después, el niño escribió su historia: Me acuerdo del día en que viajaba hacia la Ciudad de los Niños en aquel tren, con un policía; pensando: Me están mandando con un cura. Si ese hombre dice que me ama, lo mato.

¡Y el niño era un asesino! ¿Qué sucedió? Fue a la Ciudad de los Niños, y así continúa la historia: golpeó a la puerta de Flannagan y éste dijo:

"¡Entre!" El niño entró, y Flannagan dijo:

"¿Cómo te llamas?" Y el niño:

"Dave, señor." Y Flannagan:

"¡Dave! Bienvenido a la Ciudad de los Niños. Te estábamos esperando. Ahora que estás aquí, debes querer dar una vuelta para conocer todo. ¿Sabes que aquí todo el mundo trabaja para vivir? Alguien te mostrará todo. Tal vez puedas escoger una ocupación, pero ahora descansa, da una ojeada al lugar. Ahora puedes irte. Después te veo."

 

Y el muchacho dijo que aquellos pocos segundos cambiaron su vida. ¿Sabe por qué? "Por primera vez en mi vida, miré a los ojos de un hombre que, sin usar palabras, no decía que me amaba, sino: Usted es bueno, usted no es malo, ¡Usted es bueno!" El niño se volvió bueno.

Como nos dicen los psicólogos, tenemos tendencia a ser lo que sentimos que somos. ¿Puede pensar en algo más espiritual y más divino que eso? Que veamos la bondad en alguien, que le comuniquemos eso a la persona, y que como resultado ella se transforme. La persona será recreada. El amante crea el amor. Él ve la belleza allí y, porque la ve, la extrae.

Frecuentemente, las personas preguntaban al padre Flannagan cuál era la razón de su éxito. Y el padre Flannagan no respondía a la pregunta, porque el principio que seguía era: "No existe muchacho malo."

Flannagan vio la bondad, hacía brotar esa bondad de cada muchacho que protegía. Él creaba la bondad.

Es esto lo que quiero comunicarle como amor.

Un aspecto del amor. ¿Le gustaría tener un poco de la sensibilidad del padre Flannagan? Tengo la certeza de que a todos nos gustaría ser como él, porque todos queremos amar.

Si usted quiere desarrollar ese tipo de percepción, tiene que entrar en una escuela de amor. 

Edward Joseph Flanagan (13 de julio 1886  Irlanda – 15 de mayo 1948). Sacerdote católico que dedicó toda su vida a la educación de niños y jóvenes delincuentes y abandonados. Fundó la Ciudad de los Muchachos.



 

 

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