El valor que me das
no es el mismo que el que tengo.
Existiendo tu verdad
tras medidas y deseos.
Si el grado de importancia
se ha regido por el peso
que hace grande la distancia
habitando el mismo techo;
y se abre entre las mentes
un abismo que nos pierde,
que no importa (y eso hiere)
lo que diga, haga o piense.
El valor que me das
no es el mismo que el que tengo.
Imaginas realidad
que creíste en tu invento,
nunca estuve bajo y dentro
del cajón que me has dejado
olvidando por completo
lo que soy y lo que he dado.
No es el mismo pensamiento
lo que soy y lo que crees
o quisieras que yo fuera, cierto;
no me das porque no quieres
ver mi ser como persona,
por sentirme dependiente
de que apartes lo que sobra
de tus reales intereses;
pues no tienes para dar
lo mejor de tu persona.
Con tus ojos como un par
mienten y traicionan
e imaginan encontrarme
distanciado, superior
alejado y aparte.
No habiendo paz o amor;
no valoras lo que tienes
por tenerlo. ¿Puedes verlo?
Soy luz, soy yo, y a veces
tan común, tengo defectos
como cualquier otra persona
y eso no me hace menos,
no merezco ser tu sombra,
esperando, pienso, espero…
¡Qué es lo que hace el tiempo!
Nos acusa de sinceros
y perdemos real deseo
de vivir en complemento.
No nos da más libertad
para expresar solo lo bueno,
ahogar la peor verdad
de la que hiere, y llega dentro
sin que quede un filamento
vivo, fresco, iluminado,
según lo que crees que merezco
te esmeras, casi en darlo
si es que das, o guardarlo
para que no lo obtenga;
no hay nada, hay engaño
hay rechazo, hay pelea.
La opinión que lanzas
no es verdad, eso sé.
El valor que tengo, arrastra
tu verdad, y creceré
a tu pesar y a mi antojo,
ni siquiera lo sabrás
soy mucho más… escojo
no creer que eso es verdad;
me resisto a esconderme
del brillo que emana de mi ser,
que alimenta el quererme
yo me veo y puedo ver
que puedo y debo olvidar
cada triste y mal recuerdo
porque el valor que me das
no es el mismo que el que tengo.
(18/abril/2016).
No hay comentarios:
Publicar un comentario