No importa tanto lo que das, sino el amor con que lo das. No
importa tanto lo que dices, sino el amor con que lo dices... No importa tanto
lo que haces, sino el amor con que lo haces. Tan importante es para Dios pelar
papas como edificar catedrales. Lo que marca la diferencia es el amor. .Guy de
Larigaudie, en su libro “Buscando a Dios”.
Descabezando zanahorias, masticando una brizna de hierba, afeitándose
por la mañana, se le puede decir a Dios sin cansarse, sencillamente, que lo
amamos… Y hablarle, incluso saltando de alegría bajo el sol de la playa o
esquiando sobre la nieve. Tener a Dios siempre cerca, como a un compañero del
que podemos fiarnos… ¡Hace falta tan poco para que los buenos lleguen a ser
santos! Simplemente más amor de Dios, mayor sumisión a la voluntad de Dios,
algo de sacrificio y el amor en las pequeñas cosas de cada día… Hay que amarlo
todo: una orquídea bruscamente abierta en la jungla, un caballo hermoso, un
gesto de niño, un chiste, una sonrisa de mujer. Hace falta admirar toda la
belleza, descubrirla, aunque sea en el lodo, y elevarla hacia Dios…
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