En una gran tormenta, un hombre le rezaba a Dios para que lo
cuidara y manifestaba "Ayúdame, Señor " en eso pasó a su lado un granjero con dos caballos
y le dijo al hombre:
-Vamos súbete a uno de mis
caballos y refugiémonos en el monte, ahí no nos podrá alcanzar esta
inundación.
A lo que el hombre contestó:
-No importa, huye tú, Dios
me está cuidando.
Dos días después, la lluvia no cesaba y pasó una mujer junto
al hombre y le dijo:
- Pobre hombre la lluvia ya te llega a la mitad del cuerpo, súbete a mi carreta y huyamos de aquí.
A lo que el hombre contestó:
- Pobre hombre la lluvia ya te llega a la mitad del cuerpo, súbete a mi carreta y huyamos de aquí.
A lo que el hombre contestó:
-No importa, huye tú, Dios
me está cuidando.
Cinco días después, dos campesinos en una lancha le dijeron
al hombre:
-Súbase a nuestra lancha y huyamos de aquí, qué no ve que el agua ya le llega al rostro y casi se ahoga.
-Súbase a nuestra lancha y huyamos de aquí, qué no ve que el agua ya le llega al rostro y casi se ahoga.
A lo que el hombre contestó:
-No importa huyan ustedes,
Dios me está cuidando.
Después de aquella inundación el hombre muere y se va al
cielo y le dice a Dios:
-Señor, yo siempre he sido fiel discípulo tuyo ¿Por qué me abandonaste y permitiste que me ahogara?
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