Rhododendron

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Tsutsuji

07 enero, 2018

585. Los deseos humanos.



Un emperador estaba por salir de su palacio para dar un paseo matutino, cuando, a las puertas del mismo, se encuentra con un mendigo. Suponiendo el pedido de una limosna, le preguntó:
- ¿Qué quieres?
 
 El mendigo lo miró y le dijo: 
 - Me preguntas de una manera... como si tú pudieras satisfacer mi deseo.
 
El emperador le respondió: 
 Por supuesto que puedo satisfacer tu deseo. ¿Cuál es?
 
 Y el mendigo le dijo:
- Piensa dos veces antes de prometer.
 
El emperador, comenzando a molestarse, insistió: 
 - Te daré cualquier cosa que pidas. Soy una persona muy poderosa, y extremadamente rica... ¿Qué puedes tú desear que yo no pueda darte?
 
El mendigo le dijo: 
- Es un deseo muy simple... ¿Ves esta bolsa que llevo conmigo?... ¿Puedes llenarla con algo valioso?
 
- Por supuesto - dijo el emperador.
 
Y Llamó a uno de sus servidores y le dijo: 
- Llena de dinero la bolsa de este hombre.
 
El servidor lo hizo... y el dinero, apenas ingresado a la bolsa, desapareció.  Echó más y más, y el mismo desaparecía al instante.
La bolsa del mendigo, por lo tanto, siempre estaba vacía.
 
El rumor de esta escena corrió rápidamente por toda la ciudad y entonces una gran multitud se reunió en el lugar, poniendo en juego el prestigio del emperador.
 
Entonces el emperador le dijo a sus servidores: 
- Estoy dispuesto a perder mi reino entero, pero este mendigo no se va a salir con la suya, ya que me dejará en ridículo frente al pueblo.
 
Diamantes, perlas, esmeraldas... uno a uno los tesoros del emperador iban ingresando en la bolsa, la cual no parecía tener fondo.
Todo lo que se colocaba en ella desaparecía inmediatamente.
Era el atardecer y habiendo quedado el emperador ya sin ninguna cosa que colocar en la bolsa del mendigo (habiendo llegado incluso a desprenderse de joyas que habían pertenecido a su familia por siglos), se tiró a los pies del mendigo y, admitiendo su derrota, le dijo: 

- Has ganado tú, pero antes que te vayas, satisface mi curiosidad: ¿Cuál es el secreto de tu bolsa?
 
El mendigo le dijo: 
- ¿El secreto?... está simplemente hecha de deseos humanos.

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