Rhododendron

Rhododendron
Tsutsuji

10 julio, 2017

496. Mala suerte, buena suerte, quién sabe. Cuento chino.

Un granjero vivía en una pequeña y pobre aldea. Sus vecinos le 

consideraban afortunado porque tenía un caballo con el que 

podía arar su campo. Un día el caballo se escapó a las montañas. 


Al enterarse los vecinos acudieron a consolar al granjero por su 

pérdida. “Qué mala suerte”, le decían. El granjero les respondía: 

“Mala suerte, buena suerte, quién sabe”.



Unos días más tarde el caballo regresó trayendo consigo varios 

caballos salvajes. Los vecinos fueron a casa del granjero, esta vez 

a felicitarle por su buena suerte. “Buena suerte, mala suerte, 

quién sabe”, contestó el granjero.



El hijo del granjero intentó domar a uno de los caballos salvajes 

pero se cayó y se rompió una pierna. Otra vez, los vecinos se 

lamentaban de la mala suerte del granjero y otra vez el anciano 

granjero les contestó: “Buena suerte, mala suerte, quién sabe”.



Días más tarde aparecieron en el pueblo los oficiales de 

reclutamiento para llevarse a los jóvenes al ejército. El hijo del 

granjero fue rechazado por tener la pierna rota. Los aldeanos, 

¡Cómo no!, comentaban la buena suerte del granjero y cómo no, 

el granjero les dijo: “Buena suerte, mala suerte, ¿Quién sabe?”.

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