Recorriendo el pensamiento de los grandes autores.
Raoul Follereau tuvo este sueño:
Un hombre se presentó ante Dios y dijo:
“Ya ves, Señor, que no he hecho nada malo, injusto o impío. Mismanos, Señor, están limpias”.
- Pero - dijo el Señor -, ¡Están vacías!
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