Rhododendron

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Tsutsuji

15 noviembre, 2021

966. La Decisión de Desbois. Revista D, 14 de febrero 2016, pág. 25

Para recordar con monumentos el sufrimiento de aquellas víctimas, pedir perdón por el crimen cometido e inculcar en las futuras generaciones la tolerancia y el respeto por la vida, las autoridades germanas pusieron en marcha un digno proceso de mea culpa. Hoy Guatemala cuenta con un museo que tiene como misión recordar ese genocidio. “Es vital aprender del pasado para que los aspectos malos no se vuelvan a repetir. Infundir la tolerancia entre seres humanos y pelear por un mejor futuro sin violencia es nuestra misión” Marco Gonzáles, director ejecutivo de la asociación francesa Yahad-In Unum. 

El Museo del Holocausto se encuentra en la 6ª avenida 1-88 zona 1, en una casa a 332 metros del Centro Histórico, en el barrio San Sebastián, donde muchos años funcionó el colegio Santa Infancia. Por el momento la residencia no ha sido modificada, simplemente adaptada para montar varias muestras, por tal razón sus organizadores solo reciben visitas de instituciones educativas, pues la apertura para el público en general tendrá lugar a finales del 2016, cuando el nuevo diseño esté listo.

La primera exposición de carácter fotográfico documental se titula “El holocausto por las balas”. La exhibición permanecerá abierta hasta el 30 de abril 2016. Las instituciones educativas que deseen visitarla deberán comunicarse al museo. Horarios de lunes a viernes de 10 a 18 horas sin cerrar al mediodía. Admisión gratuita.

El 5 de mayo el museo será visitado por el sacerdote Desbois (creador de la fundación Yahad-In Unum), quien disertará la conferencia.

 

Patrick Desbois nació en 1955 en Francia.

Cuenta que en julio de 1942, su abuelo, Claudius Desbois, fue deportado y recluido como preso francés en un campamento alemán de presos soviéticos en Ucrania. Cuando regresó, se mantuvo en silencio. Mucho tiempo después llegó a comprender que lo habían llevado a una región donde muchos judíos habían vivido antes de la guerra y que, en calidad de preso, presenció, día tras día, cómo se fusilaba a los judíos.

A fines del decenio de 1990, viajó a Rawa-Ruska, Ucrania, el poblado donde estaba ubicado el campamento en que su abuelo había estado detenido, en busca de las fosas comunes de los judíos asesinados.

Inesperadamente, el alcalde del poblado reunió a 50 personas que habían presenciado las ejecuciones y nos acompañó hasta el lugar de la fosa común para escuchar su testimonio acerca de los últimos mil 500 judíos de Rawa-Ruska. En ese momento tomó conciencia de que las ejecuciones en Ucrania se habían realizado en público y habían sido presenciadas por personas que ahora estaban dispuestas a hablar para que conociéramos la verdad.

Esa misma noche, se encontró a solas en el bosque con el alcalde, quien le dijo: 

“Patrick, lo que hice por usted en una aldea, lo puede hacer en cien aldeas”. 

Nunca supo por qué lo dijo; y nunca sabrá por qué él respondió “De acuerdo”. Así nació la asociación francesa Yahad-In Unum.


 

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