Rhododendron

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Tsutsuji

11 julio, 2018

619. Un visitante bastante misterioso. León Tolstoi, ruso.

Martín Avedeitch era un zapatero remendón ruso ya anciano.

Una noche después del trabajo se puso a leer su Biblia, y pensó: “¿Qué haría si se presentara el Señor en mi casa?” Quedó dormido con estos pensamientos hasta con que le despertó una voz: -Martín, Martín. Mañana vendré. Al día siguiente el buen zapatero estaba inquieto porque esperaba la visita del Señor. A través del ventanuco que daba a la calle vio los pies del anciano Stepanich que paleaba la nieve. Martín golpeó la ventana con los dedos y lo hizo entrar para que se calentara y bebiera un poco de té.

-Gracias Martín Avedeitch. Me has dado alimento y confortación al cuerpo y al alma, le dijo el anciano.

Era ya mediodía cuando dio comida y ropa a una forastera desaliñada que llevaba a su bebé en brazos. La pobre mujer rompió a llorar cuando aquel anciano al que no conocía de nada le ofreció también su capa y unas monedas.

-El Señor te bendiga, buen hombre, - musitó sollozando al abandonar la pequeña estancia.

Era ya tarde entrada y el Señor Jesús no había venido. Martín vio cómo un niño harapiento robaba a una anciana una manzana de su cesto. Ésta le había agarrado y le tiraba de los pelos.

-Déjalo, abuela. No lo hará más- intervino Martín. La anciana lo soltó.

-¡Pide perdón a la abuela! Y no lo hagas más. Te vi robar la manzana. El niño rompió a llorar y pidió perdón.

Martín tomó una manzana del cesto y se la dio al muchacho.

-Aquí tienes una manzana. Yo te pagaré, abuela.

-Merecía que lo azotaran para que se acordara toda una semana- dijo la mujer.

-Abuela, abuela. Eso es lo que queremos nosotros. No lo que quiere Dios. Si debemos azotarlo por robar una manzana… ¿Qué merecemos nosotros por nuestros pecados?

Y el niño se ofreció ayudarla a llevar el saco porque iba por el mismo camino. Y marcharon juntos, el niño con el fardo de manzanas y ella apoyada en su hombro. Martín regresó a su zapatería y terminó el trabajo del día, y Jesús nunca llegó. Después escuchó un voz que le decía: “¡Martín… Martín!... Gracias por lo que hiciste hoy por mí”. Y entonces comprendió que sí, Jesús lo había visitado aquel día, tres veces.



  


El conde Lev Nikoláievich Tolstói, también conocido en español como León Tolstói, fue un novelista ruso, considerado uno de los escritores más importantes de la literatura mundial.​ Wikipedia
Fecha de nacimiento9 de septiembre de 1828, Yásnaia Poliana, Rusia
Fallecimiento20 de noviembre de 1910.

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