Rhododendron

Rhododendron
Tsutsuji

09 septiembre, 2025

1098. Hormiga. Kim Sowol, coreano.

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Cuando florecen las azaleas

y el ruido del viento entre las ramas del sauce, 

la hormiga trabaja incansablemente,

hormiga de cintura estrecha, 

durante medio día de primavera, de nuevo todo el día, 

cansándose constantemente para construir su casa.

 






Kim Jeong-sik (7 de septiembre de 1902 – 24 de diciembre de 1934) “Azaleas” es uno de los poemas modernos más conocidos y queridos por los coreanos. La obra de este poeta se caracteriza porque por sus temas y métrica tiene reminiscencias de las canciones populares coreanas tradicionales. Asimismo, se le reconocen a Sowol sus aportaciones al desarrollo de la poesía moderna en Corea. Al igual que otros poetas brillantes, como Keats o Rimbaud, escribió gran parte de su obra en la adolescencia y murió muy joven.

 

1097. Dime, pajarito. Daniel Armas, guatemalteco.

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Pajarito, pajarito

que entre las ramas estás, 

di si cantas de alegría

o si lloras al cantar.


Si gozas, ¿Por qué tu trino

tan melancólico es?

¿Quién tan temprano te ha hecho

la tristeza conocer?


¿Por jugar con otros pájaros

te han regañado al llegar?

¡Ah, no, no! Ya lo comprendo:

que el señor anda perdido, 

y está llamando a mamá.

 

Daniel Armas López (21 de julio de 1897 - Quetzaltenango, Guatemala. - 22 de febrero de 1983 Guatemala). Escritor. 

 
 
 






 



1096. Everest. Alejando Ordoñez, español.

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Cada día que pasa tengo más claro que tenerte en mi vida es un regalo. Una suerte de esas que pasan
una vez muy de vez en cuando. Quizá llegaste en el momento oportuno, quizá ni siquiera era tu turno.
No me importa. Llegaste y cambiaste mi vida de la misma forma en que espero haber cambiado la tuya.
Ahora todo es diferente. Las mañanas brillan a pesar de las tormentas, las noches son menos oscuras
y hay un futuro esperándonos a la vuelta de la esquina. Porque tengo claro que quiero un mañana
contigo. Y un pasado.


Quiero estar contigo siempre, así de claro.
No sé lo cuesta arriba que se nos puede llegar a poner todo, pero no me importa. Sé que con tu mano
en la mía y contigo a mi lado, podremos subir el Everest si hiciera falta.
Porque no hay piedra alguna en nuestro camino que nos vaya a impedir estar juntos. Mientras seas
feliz conmigo, haré todo lo que esté en mi mano para que tú también lo seas, y que esa sonrisa tuya siga
iluminando mis días.

 

Alejandro Ordóñez Perales (Gijón, 1993). Tras comenzar a estudiar Economía en Madrid, sintió que
la vida se le escapaba entre números mientras su pasión, escribir, se marchitaba en una esquina.
Rompió con las ciencias y se refugió en las letras, saciando sus ganas de sacar lo que lleva dentro en la
web que comanda desde entonces, porescribir.com.