Rhododendron

Rhododendron
Tsutsuji

10 junio, 2024

1077. La vida sencilla. Octavio Paz, mexicano.

Llamar al pan y que aparezca 
sobre el mantel el pan de cada día;
darle al sudor lo suyo y darle al sueño
y al breve paraíso y al infierno
y al cuerpo y al minuto lo que piden;
reír como el mar ríe, el viento ríe,
sin que la risa suene a vidrios rotos;
beber y en la embriaguez asir la vida,
bailar el baile sin perder el paso,
tocar la mano de un desconocido
en un día de piedra y agonía
y que esa mano tenga la firmeza
que no tuvo la mano del amigo;
probar la soledad sin que el vinagre
haga torcer mi boca, ni repita
mis muecas el espejo, ni el silencio
se erice con los dientes que rechinan:
estas cuatro paredes ¿Papel, yeso,
alfombra rala y foco amarillento?
no son aún el prometido infierno;
que no me duela más aquel deseo,
helado por el miedo, llaga fría,
quemadura de labios no besados:
el agua clara nunca se detiene
y hay frutas que se caen de maduras;
saber partir el pan y repartirlo,
el pan de una verdad común a todos,
verdad de pan que a todos nos sustenta,
por cuya levadura soy un hombre,
un semejante entre mis semejantes;
pelear por la vida de los vivos,
dar la vida a los vivos, a la vida,
y enterrar a los muertos y olvidarlos
como la tierra los olvida: en frutos...
 
Y que a la hora de mi muerte logre
morir como los hombres y me alcance
el perdón y la vida perdurable
del polvo, de los frutos y del polvo.

 

 


 

Ciudad de México , 1914 – 1998
Poeta, ensayista y diplomático, ejerció su faceta de hombre de letras en todas sus vertientes. A los diecisiete años publicó sus primeros poemas. En 1936 apareció su poemario dedicado a la Guerra Civil española ¡No pasarán!, donde mostró su solidaridad con los republicanos. En 1943 recibió la Beca Guggenheim e inició estudios sobre poesía en Estados Unidos.

 

 

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